¿Qué te enseñan en Dinamarca? Una vez visité Dinamarca. He tenido que mirar mis viejos currículums para recordar en qué año fue. En el verano de 2003 fui voluntario europeo, junto a una amiga cordobesa que tuve. Ella quería ir a Francia y yo quería ir a Italia, pero sólo quedaba Aalborg, Dinamarca, y elegimos esa oportunidad. Estando allí, los daneses nos regalaron su bandera en un delicado diseño de vidrio. Después nos enseñaron el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Aalborg. Nos pudimos sentar en los mismísimos asientos donde se sentaban para gobernar los concejales de la ciudad. En tercer lugar, nos hicieron un recorrido por el asilo público de Aalborg. Era sin duda un sitio estupendo para ser anciano: tenías tu propia casita con jardín, un cochecito eléctrico para salir a la calle y pasear, hasta llegar al centro cívico donde podías encontrarte con el resto de ancianos daneses. Todo ello atendido por personal adecuado, enfermeros, cocineros, limpiadores, psicólogos, etc... pensaba yo. Al final, Dinamarca construye sus valores como los pueblos nórdicos, como vikingos: pensando en formar y cuidar a una comunidad. Tuve claro por qué Dinamarca era un sitio más avanzado que España, es decir, porque enseñan su bandera nacional, su salón de plenos y su asilo público.
Palacio del Duque de Rivas, sede de Vimcorsa, Córdoba. Foto tomada la tarde del 20 de Octubre de 2024.
¿Por qué un español no está orgulloso de lo mismo que un danés? Un español nunca hubiera regalado su bandera, puesto que nuestra bandera en España no significa la nación, ni la unidad, ni la patria. La bandera española significaba para mí ser nacionalista, como Franco y ser un facha, así que no se la regalaría nunca a nadie. Hoy en día sigo sin disfrutar de mi bandera. En segundo lugar, yo nunca había visitado el Ayuntamiento de Córdoba porque nadie nos había invitado allí. El salón de plenos y centro de gobierno de Córdoba no se me hubiera ocurrido nunca enseñárselo a ningún grupo de voluntarios europeos ni de amigos extranjeros que visitaran la ciudad. Pero lo que sí que jamás hubiera enseñado a nadie es un asilo o centro de ancianos. No sólo no conozco como son, sino que lo único que sé de ellos son historias "que salen en la tele", de aquellos lugares mal gestionados donde las cuidadoras mal pagadas tratan a los ancianos a patadas y se dan todo tipo de malas prácticas. Un español no enseña lo mismo que un danés porque los valores son diferentes.
Por cierto, fui ese día y he solicitado dos veces visitarlo con mis alumnos y no me responde nadie.
¿Y qué enseñan los húngaros? Cuando he tenido que enseñar Hungría a mis amigos españoles, hemos pensado en visitar el Parlamento de Budapest, la colina de Buda, los baños termales de Szechényi, el parque Varosliget con su nuevo palacio de la música, la avenida Andrassy y Váci utca, culminando en el mercado central de Pipa utca. Pero creo que la imagen de Hungría sería entonces la de un país nacionalista (muchas banderas), con un pasado glorioso (castillos), buenos restaurantes, sin duda, mucha cerveza y una calle para comprar cosas baratas. Del Parlamento, por sí mismo, no podemos deducir nada, sabiendo quién lo administra hoy. Lo primero, te invitan a una cerveza o a un palinka, y si eres mujer te dan flores o chocolates. Los húngaros conciben su país alejados de la política: como los españoles, excepto en el nacionalismo de la bandera, que usan para todo. También dicen que del cerdo se aprovecha todo (tradición antisemita, ¿no?). Los húngaros te enseñan sus monumentos imperiales, y sus licores y chorizos.
¿Cómo hay que medir a un país del siglo XXI? Me parece que un país del siglo XXI hay que medirlo por cómo vive la gente (si hay un buen gobierno), por ejemplo, el precio de la vivienda (Hungría ha experimentado una subida tremenda de precios de los inmuebles) la igualdad entre hombre y mujer y de clases sociales (la asunción de los Derechos Humanos), la posibilidad de empezar una vida para los jóvenes (dado que tantos emigran de Hungría o de España) y la manera en que se trata a los ancianos y los derechos con que se protege a las minorías (LGTB, grupos minoritarios como gitanos húngaros, judíos húngaros, emigrantes sirios, turcos, ucranianos o chinos).
¿Qué mostraría yo de Hungría? Bueno, ya no estoy seguro de qué representa los valores adecuados. La Hungría amable y ciudadana del futuro. Una Hungría socialdemócrata y abierta.
Pero algo que me ha gustado a priori es la nueva Casa de la Música que ha abierto en enero de 2022. Obra de un arquitecto japonés, se ubica en el Paseo de Olof Palme, 3, en una zona rica de la ciudad, junto al Varosliget (el Parque de la Ciudad). Os dejo una foto de este edificio y me quedo pensando...
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