30 enero, 2007

boszorkány konyha


Suelo ir allí a desayunar, para escaparme del ajetreo de la escuela, a esa cafetería llamada "La cocina de la Bruja". Ese día quedé allí con otra persona que, cuando terminó su desayuno me dijo:
-Muchas gracias por el desayuno.

Tras unos segundos de descompresión, mi cerebro entendió que yo tenía que pagar mi desayuno y también el suyo. Igualito igualito que en aquel libro de Asimov (Azazel).

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